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Padres y Familiares

Para un niño y concretamente para mí, mis padres lo eran todo, a través de ellos también, tuve la experiencia de un Dios, lejano en ese momento para mí, pero muy presente a la vez gracias a ellos; analizando ahora con una reflexión más profunda puedo darme cuenta que mis padres eran un matrimonio que se amaban, yo pude vivir en ese ambiente, el cual, comparándolo con el presente de los matrimonios actuales, doy gracias a Dios por el amor y la unidad que se vivió en ese instante.

 

Mis padres pertenecían a una clase media trabajadora, mi mamá era la dueña de la casa, mi padre trabajaba en la oficina como cajero en las oficinas de CAMSA y también ayudaba por las tardes en otra oficina, perteneciente a la familia, INCOMFLESA. La relación que tuve con ellos, fue la de un hijo fiel, donde he podido darme cuenta de ese amor y he podido responder.


La economía del hogar la proveía mi padre y la administraba mi mamá, pero era él quien manejaba la cuestión económica, dándome el dinero, para comprar mis golosinas antes de ir al colegio, siempre que yo necesitaba algo, me lo daba, pues era un padre muy volcado en un hijo, porque siempre había deseado tener uno y además yo llegaba también como el cuarto Tomás (gracias a la generaciónes de mi Bisabuelo, de mi abuelo, mi papá, yo, y  en  una quinta generación futura mi sobrino, también se llamase igual).


En tiempo presente, puedo decir que sentía y siento aun, un afecto muy especial por mi padre, porque quizás era un “padrazo”, es decir estaba pendiente a todos mis caprichos y por lo tanto yo lo sigo queriendo mucho. En cambio mi madre que me amaba y yo la amaba mucho, era la que mantenía un poco el orden dentro de la casa para que pudiera haber esa convivencia sana; pero de todas formas yo con mi madre he tenido también una relación muy  bonita.


Recuerdo que el primer contacto que tuve con Dios, fue en mi Primera Comunión, porque ha sido el primer momento que lo he experimentado en mi vida, aun quedan en mi esas palabras que me dijeron: “que bello fue el primer beso que dio Jesús a mi alma” que lo dijo santa Teresita del niño Jesús y efectivamente para mí, la Primera Comunión es el centro de una experiencia  de vocación sacerdotal, por las consecuencias que tuvo.


Vivíamos en un hogar, en una situación de posguerra, donde había racionamiento de alimentos, la situación era más bien de pobreza y entonces yo tenía que dormir en una cama que se tenía que poner todos los dias, porque en la casa no existían suficientes habitaciones.


Los preparativos para la Primera Comunión fueron muy hermosos ya que se hicieron en el colegio de la Sagrada Familia, gracias a unos buenos profesores, una buena confesión que marcó un poco mi vida; la misma Comunión donde comulgamos los padres con los hijos... Alrededor mío en mi Primera Comunión estaba la familia, los cuales me regalaron entre todos una imagen de Jesús niño muy bonita y un primo mío (Antonio Aguilar Castaño), me regaló una pistola sin puntería que era para matar perros (un detalle tonto, pero que siempre lo recordaré), después también me regalaron un cuadrito pequeño; en general fueron muy poquitas cosas, es más, después se celebró una pequeña reunión en mi casa con chocolate  y  me manché un poco el traje, cuando celebraba con algunos amigos que tenía en ese entonces.

Recuerdo perfectamente que en el pasillo que era un poco largo, yo jugaba con un patín y con mis compañeros; son recuerdos infantiles pero preciosos porque fue muy feliz el día de mi Primera Comunión.


Tengo recuerdos muy lindos con mis padres y mi familia, con mis tíos (mi tía Pepita, mi tío Alfredo), quienes tenían un chalet, que me recuerda mucho al que tengo yo en estos momentos, aunque el de ellos era mejor porque tenía 2 pisos, donde compartía con mi tía Socorrin, mi tío Antonio  y mis primos José Ramón y Maymel que era, como una hermana para mí y con los tíos de parte de mi madre ( mi tía Edelmira con sus hijas Lolita y María Luisa).

 

Son momentos que recordaré para siempre, porque jugaba con ellos, venían a este sitio y me hacían sentir muy feliz.
He tenido una familia realmente muy religiosa porque casi todos mis tíos y mis tías llegaron a ser “Terciarios Franciscanos” de tal manera que iban a la iglesia de “San Antonio del Retiro”, donde el tercer Domingo de cada mes, era el dia en que la “Tercera Orden de San Francisco” celebraba las reuniones y la Misa, donde a veces mi madre también me llevaba, entonces viví una espiritualidad también franciscana con sencillez, donde el director espiritual de mi madre (el padre Gabino), me confesaba a mí y el cual también estuvo presente en mi Primera Misa.

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© por TOMÁS ITURRIAGA PLAZA

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