TÍO ÁNGEL Y DESCENDENCIA

Mi tío Ángel, hermano de mi padre emerge también como una persona de una talla humana y religiosa de primer orden.

Recopilando ya desde el presente la vida pasada en contacto con él a través de sus hijos y de su segunda mujer hermana de la primera, tía Mary.

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Influyó sobre todo como un hombre de fe de grandes dotes y practicas, mecánicas donde fue un verdadero inventor y renovador, que transmitió a sus 3 primeros hijos del primer matrimonio (Ángel, Luis y José María) todos sus conocimientos que ellos han desarrollado en su trabajo.

Pude asistirle siendo ya sacerdote y puedo constatar que como seglar comprometido en la Tercera Orden de San Francisco le tengo como un verdadero santo, con una vida espiritual intensa que transmitió a toda la familia.

Con él, sus hermanas pertenecieron también a la tercera orden de San Francisco, mi tía (Socorrín y Pepita); Recuerdo como el contexto de mi familia por parte de mi padre, fue de una religiosidad profunda que me envolvió en mis años preadolescentes y que también repercutió en mi familia materna. Mi tía Edelmira y mi madre pertenecieron a este grupo de los Terciarios Franciscanos en San Antonio del retiro donde el padre Gabino franciscano, fue un sacerdote que conoció a toda mi familia.

En ese entorno religioso familiar, sentí a mis 15 años la primera llamada a ser sacerdote. Se cultivó después en la congregación Mariana de los Koskas donde también mi primo Mariano Plaza comenzó su vida espiritual que continuó con los Franciscanos y el grupo de jóvenes que vivieron la espiritualidad de San Francisco. Y hoy día sigue vinculado como director de un coro que durante años participa de las Eucaristías dominicales dentro y fuera de la parroquia.

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Este periodo que comenzó el año santo de 1950 es la fecha de un encuentro para mí, fundamental con el Señor que hizo se orientase mi futura vocación sacerdotal. Y este entorno religioso de mi familia en estos años en la post- guerra, facilitó una vivencia religiosa a nivel familiar y social.