

-PADRE-

TOMAS ITURRIAGA PLAZA
Mi vocación al sacerdocio desde que elegí a Dios primeramente me ha enseñado que la voluntad de Dios te lleva por caminos maravillosos llenos de su providencia, de familias nuevas, de experiencias únicas y una vida llena del Espíritu Santo que guía siempre tus pasos con la bendición de la virgen María, la madre; Sin estar exento de la cruz y de las pruebas que a través de nuestra historia de salvación, el Señor modela el seguimiento a su persona, con la entereza de hacernos partícipes de su dolor, expresado al límite por el abandono.
Este camino de luz me mostró desde que hice mi desierto de 40 días en Cuneo Italia, con el Movimiento Contemplativo Padre Foucault, cuyo fundador fue el padre Gasparino en 1993. Tuve contacto con un verdadero santo amante de la Eucaristía y el "Desierto Espiritual". Allí después de orar y meditar, El Señor me insinuó de seguir su vida que fue activa y contemplativa y por lo tanto seguir mi vida pastoral en las parroquias.
Todo esto lo he comprobado a lo largo de mi existencia, pues aunque en mi juventud y en mi edad madura como sacerdote me he donado enteramente en cuerpo y alma a las comunidades; no he abandonado ni un solo momento de mi vida de oración y de unidad con el Señor.
Al final de mi vida: cómo preparación para el encuentro con Dios, se me ha concedido plenamente dedicarme a la vida contemplativa, de adoración, de centrarme en el encuentro con El y lo que fui a buscar entonces se realiza al final de mi vida cuando el obispo Monseñor Carlos Arturo a consecuencia de la pandemia del Covid con el deseo de cuidar mi salud por la edad avanzada, me recomienda quedarme en casa sin dar misa en la parroquia, haciéndome ver que la voluntad del Señor me concedía su Gracia.
Cómo lo dice Chiara Lubich en una de sus meditaciones " no hay espina sin rosa" y la prueba más concreta del amor de Dios, haciendo realidad esta afirmación la viví el 28 de diciembre de 2021:
Ese día, luego de no poder acoger a dos hermanos míos que venían a visitarme; sentí como respuesta emocional una gastroenteritis qué en horas de la tarde me comenzó afectar, tanto así que a la hora de la siesta en mi cuarto comencé a sentir unos fuertes deseos de devolver y me puse de pie inmediatamente para ir al baño, sintiendo un mareo que me hizo perder el conocimiento y caer al suelo. Mientras caía al suelo me di con una manija de mi guardarropas y me rompí la cabeza. Después de un instante Volví a tener conciencia de mí mismo y estaba bañado en sangre, con mucha debilidad. En ese momento vi como la mano del Señor actuaba, pues gracias muchas gestiones inmediatas ya que Él nunca nos deja solos, pudieron venir asistirme los bomberos de la localidad entre ellos, Milena hermana de José uno de mis colaboradores quién me prestó primeros auxilios y me condujeron al hospital. allí José estaba esperándome y fue quien me acompañó durante este difícil momento. Me pusieron 6 puntos de sutura y me enviaron a casa, pero los días siguientes aunque mejoraba de la herida de la cabeza, mi gastroenteritis iba empeorando, tanto así que para mejorarme de ella tuvieron que pasar cerca de 3 semanas.
Cuándo por fin creí a ver la luz del túnel, una tarde mientras hacia el rosario alrededor de mi casa, sentí como si un animalito se me hubiera metido en el ojo; inmediatamente corrí al lavabo a echarme agua para así quitar la impureza pero el dolor en vez de menguar, aumentaba.
Cada día que pasaba el dolor en el ojo se hacía más intenso, y el color de mi ojo mucho más rojo.
Por consejo de una voluntaria del movimiento de los Focolares y gracias a que ella misma me consiguió cita, puede ser revisado por un oftalmólogo que aunque no contaba con las herramientas profesionales suficientes, disponía de muy buena calidad humana y un carisma de servicio impresionante.
Este señor pudo descubrir qué la causa de mi afección era una pestaña que había crecido hacia adentro, lo cual había producido una úlcera ocular severa.
Con este oftalmólogo duramos aproximadamente 3 semanas en tratamiento con resultados poco esperanzadores. Debido a que la úlcera ocular crecía y el dolor era muchísimo más intenso.
Así que por consejo de mi secretaria personal, decidí buscar ayuda mucho más especializada por medio de mi seguridad social. Allí descubrieron que el tratamiento que había recibido previamente no había sido el más adecuado además de que me descubrieron astigmatismo avanzado en mi otro ojo.
En esos momentos aunque el diagnóstico era poco esperanzador, no me apartaba nunca de la voluntad de Dios " Señor si tú lo quieres Yo también lo quiero".
Fueron meses muy difíciles en mi vida, dónde me veía reducido a la nada, al no poder leer al no poder revisar mi celular, a no poder ver la televisión y a tener que ser ayudado totalmente para dar la misa. Tú das la humildad Señor, tú formas el corazón puro del hombre para qué afronte la vida de la manera en que tú lo hiciste.
Durante este periodo de afección ocular llegaron a mi vida, otras pruebas que superar cómo lo fueron el implante de nuevas prótesis dentales con meses de duración por delante; una gripa muy fuerte y una picadura de una avispa en el brazo. Mientras tanto el tratamiento de mi ojo parecía que mejoraba pero lentamente gracias a los antibióticos, las lágrimas oculares y otros medicamentos qué las oftalmólogas consideraban necesarios.
Durante estos meses utilizaba lentilla en el ojo para así permitir que la úlcera en la córnea se fuera sanando y cerrando sola. Pero cada que me quitaron la lentilla mi ojo volvía a su dolor habitual y la úlcera volvia aumentar su tamaño. Gracias al consejo de José les comenté a la oftalmóloga, qué la causa de la reincidencia en mi herida ocular podría estar relacionada con otra pestaña diminuta, fue así como ella con sus máquinas especializadas pudo descubrir que era verdad lo que yo le decía y encontrar una solución práctica.
La curación de mi ojo ha sido muy lenta pero en ello he visto la mano del Señor que me trata con suavidad y cariño y no permite que mi dolor vaya mucho más allá de mis fuerzas; gracias a este problema ocular también me descubrieron una catarata que pudo ser operada además de poder continuar con el tratamiento contra el astigmatismo de mi otro ojo.
Han sido muchos meses y agradezco al Señor qué poco a poco he vuelto a recuperar mis facultades, me recetaron gafas para ver de lejos y de cerca
y mi visión es buena para mi edad.
También agradezco al Señor porque gracias a la medicina natural, me he venido curando de la gastritis dejando de tomar medicamentos farmacológicos, vengo saliendo de una obstrucción arterial de mi extremidad inferior izquierda.
Todo esto me ha servido para descubrir que mi mejor médico es Jesús y que si pongo todo en sus manos el hace milagros dónde parece no haber salida.
Gracias Señor por permitir compartir esta experiencia y mostrar al mundo que tu voluntad es un tesoro que aún no sabemos apreciar, posteriormente he visto y también durante el proceso doloroso que como creemos en los frutos del dolor ofrecido para unirnos al dolor de Cristo aportando nuestros dolores a la redención del Cristo total.
Descubriendo también el nacimiento de la Corporación de Madre Laura, con los estatutos que se estaban haciendo y la aprobación jurídica bajo la mirada y bendición del obispo que habían que pagarlos también para que pudieran dar los frutos deseados por el Señor.
María madre de la divina gracia, Ampara con maternal solicitud: La mañana, el camino, y el ocaso de mi vida sacerdotal.