

-PADRE-

TOMAS ITURRIAGA PLAZA
Infancia

2 años

6 años

Yo y mi hermano (13 y 4 años respectivamente)

2 años
Siempre hablar de la infancia supone volver a retomar el tiempo pasado con la luz del tiempo presente; por eso uno es un poco injusto, porque las vivencias de un niño no son las de una persona mayor y más todavía cuando uno después, desde la fe cristiana y como sacerdote, intenta iluminar todo un pasado.
Haciendo una regresión hasta mi nacimiento, doy gracias a Dios porque me permitió precisamente ser engendrado por un matrimonio “mis padres: únicos para mi, buenos para todos”. Nací en tiempo de guerra durante el año de 1935,un año antes de nuestra guerra civil española, un drama que destrozó a España y que a mí me toco vivirla dentro de lo que se llamaba en ese entonces “El Campo Nacional”.
Mi padre Tuvo que ir a la guerra y precisamente estuvo girando alrededor de mí, porque a la medida en que se iba liberando España, él venia en sus ratos libres a visitar la familia y por supuesto a mí.
La guerra civil Española para nosotros, comenzó a los 2 meses de mi nacimiento pues mis padres se habían trasladado a la ciudad de Santander donde nació mi papá y en la cual yo me encontraba rodeado de mis abuelos y mis primos, nos recogíamos en una vida realmente rica de afecto, donde yo era el preferido pues el niño que en ese momento estaba representado por mí, era a el que mejor la familia atendía.
En mi niñez; mi padrino Luis Iturriaga fue un gran orgullo para toda la familia y sobre todo para mi abuelo,el cual siempre tenía su foto con la bandera española porque fue un mártir de nuestra guerra civil, pues le fueron a buscar por pertenecer a la "Acción Católica" y desde la cárceles de Santander le llevaron a Paracuellos donde le asesinaron. Yo, a el autor y responsable de estos asesinatos que ostentó la presidencia del partido comunista le he perdonado y he pedido por él cómo cristiano y como sacerdote.
Un recuerdo muy personal se remonta a la casa de Ávila donde mi padre estaba con el ejército y tenía que salir para la guerra y en ese momento tuvo una despedida muy hermosa conmigo, pues luego de irse me quedé viéndole por la ventana y ahí puede observar a mi padre junto a un gran número de soldados, quien al verme allí, con su mirada, me daba la ilusión de que volvería a llevarme a la juguetería.
Siempre recuerdo mi infancia, En la casa donde nací, con mi madre, con sus detalles de cariño, de servicio, con su presencia que eternamente sentiré a mi lado, que me vigila, que me quiere, que hace las veces de padre y madre, que fue parte de mi vida en una niñez no triste, pero si agitada por los cambios que tuve que experimentar viviendo en distintas partes, como lo fueron: Santander, Ávila, Toledo y Madrid luego de liberarse del conflicto vivido.
Los fines de semana eran muy especiales para mí; especialmente los domingos ya que mi madre se quedaba en casa a preparar la cena y mi padre me llevaba a misa, en la cual yo no prestaba suficiente atención ya que ni siquiera podía ver al sacerdote, porque la gente estaba toda de pie y además de ello, llegábamos un poco tarde; solamente se me viene a la mente el sonido de aquella campana que sonaba en el momento de la consagración, donde nos poníamos de rodillas. Es en ese preciso momento y debido al instinto de niño, me imaginaba yo aquellos equipos que jugaban al futbol, en pocas palabras yo estaba distraído.
Estando también en la plaza de la independencia con mi padre, recuerdo que me puse a llorar muy fuerte delante de él (no recordando ahora muy bien cuál fue el motivo), quien al verme en esa situación me amenazó con irse y dejarme allí. Estábamos cerca de la parroquia: San Manuel y San Benito, que está en una esquina y entonces mi padre, efectivamente como yo seguía llorando, se escondió para ver qué actitud asumía yo. Al notar que mi padre había desaparecido, también desaparecieron mis lágrimas y apareció la sonrisa como por arte de magia y me fui directamente a buscar a mi padre, le cogí la mano y todo paso; ahora en mí vejes y evocando tiempos pasados, comprendo que este tipo de cosas son importantes en la educación de un padre.