Terminado el servicio militar y mi pertenencia a la Congregación de los Padres Sacramentinos, fui a Roma para hacer la experiencia dentro de la Obra de María (Movimiento de los Focolares) en la Escuela Sacerdotal que el Movimiento tenía en María Assunta en (Grottaferrrata, Roma).

Al descubrir el Ideal de la Unidad a través de un matrimonio del Movimiento que trabajaba en la parroquia de los Sacramentinos de Sainz de Baranda, en la parte social. Tuve la gracia de tener una relación con ellos muy especial; me atrajeron por un amor entre ellos concreto y servicial, para con todos, incluido yo que tuve una experiencia que me condujo hacia ellos para descubrir su secreto.

El matrimonio era canadiense y pertenecía a las familias focolarianas, sus nombres están siempre presentes en mi oración: Raymond Dofinae y Anné que han tenido con su presencia y acompañamiento en los primeros pasos del conocimiento del ideal de Chiara Lubic, un lugar decisivo y que ahora me esperan en el Paraiso.

Ellos me transmitieron en un almuerzo en su casa, el carisma que Chiara Lubic, el cual ha aportado a la Iglesia y a la humanidad. Cuando descendía en ascensor desde su casa que estaba en el octavo piso, me dije a mi mismo, "he aquí el Dedo de Dios". He encontrado el Ideal que deseaba se viviera en plenitud en la Iglesia. Y así comenzó una divina aventura donde han pasado numerosas personas que han contribuido con su amor, su presencia, sus consejos, sus recomendaciones, antes defectos que en el comienzo siempre aparecen en un camino nuevo en el que uno tiene que tener una actitud nueva ante una gracia nueva que desemboca en un primer amor.

Personas como Gino Bonadimani, Luminosa (Introducida a la causa de beatificación), Carlos (Opus) que ya han partido a la Mariapolis celeste,como Silvano Cola, responsable de los Sacerdotes Focolarinos que con su vida entera ha hecho nacer el Movimiento Sacerdotal que han desembocado en cientos de sacerdotes y obispos que han pertenecido y pertenecen al Movimiento Sacerdotal  y tantos otros que en este nuevo camino han sido y son puntos de referencia para vivir el Ideal de Comunión y de Unidad.

La Escuela Sacerdotal era una verdadera escuela de cristianismo. Sacerdotes y algún obispo ha participado durante años y sigue vigente hoy; esta Escuela donde los sacerdotes comienzan a ser primero cristianos en su experiencia antes que sacerdotes, para que después el servicio sacerdotal sea una expresión de amor que nos una a todos en una vida viva de comunión, Los sacerdotes vienen de distintas naciones con distintas lenguas, pero se termina teniendo un lenguaje común, el lenguaje del amor que nos une a todos y nos hace vivir intensamente la Comunión que genera por el amor mutuo la presencia de Jesús en medio de nosotros ( Mt 18, 20)