

-PADRE-

TOMAS ITURRIAGA PLAZA
Abuelos (Socorro Escajadillo y Tomas Iturriaga)




Entrando en los recovecos de la memoria infantil, uno se topa con recuerdos que perduran pese al tiempo, el haber vivido con unas familias numerosas tanto por parte de mi madre como de mi padre me hacen tener un horizonte familiar espléndido.
Y como sacerdote, el deseo de profundizar en esos contactos que tuve y que después emergen como oración al Señor para que todos podamos algún día gozar de su presencia.
Empecemos por el entorno geográfico que más ha influido en mi niñez y juventud, en Santander capital de Cantabria donde tengo los orígenes; mi bisabuelo era vasco y mi abuelo nació en Santander, somos 5 familiares que tenemos el mismo nombre “Tomás”.
Por ser el primogénito de mi padre Tomás Iturriaga Escajadillo, mi abuelo me distinguió con una relación particular.
A consecuencia de la guerra de 1936, mis padres se trasladaron a las casa de mi abuelo en Santander y desde ahí vivimos parte de la guerra civil, mi padre fue reclutado por las fuerzas nacionales que se levantaron bajo el mando de Franco y a medida que se fue reconquistando las ciudades, por los nacionales, nosotros nos trasladamos a Ávila y a Toledo para que mi padre en ciertos momentos, que le facilitara la situación de la guerra pudiera visitarnos.
A la luz de estos acontecimientos tengo una premonición ocurrida precisamente en Santander, con un señor que trabajaba en los buques de CAMPSA y que había empleado mi tío Alfredo Casuso y que a la edad de 13 años cuando uno sueña con muchas vocaciones a mí se me presentó la posibilidad de estudiar para marino, mi tía Pepita, su mujer me animaba mucho y los 2 me facilitaban el poder ir a los buques cuando anclaban en el puerto, comentando mi deseo de ser marino, con el señor Vélez, me explicó desde su experiencia de las limitaciones que tiene ser marino con relación a vivir en familia y a tener un hogar fijo, ya que el marino tiene que pasar tanto tiempo fuera de su casa y me dijo estas palabras que han quedado en mi memoria como anuncio de mi autentica vocación.
“Tomás no seas marino que no sabes lo que implica esta carrera, yo preferiría cualquier otra carrera, aunque fuese la de cura antes que meterte en este mundo de la mar que es muy bonito pero muy triste por la carencia de la familia”.
Dios me concedido la vocación sacerdotal y el ser padre de muchos hijos y familias.