Me ordené un 29 de Octubre de 1961, que coincidía con la fiesta de “Cristo Rey”, antes del Concilio Vaticano II, donde me preparé con todas las oraciones y ritos propios, en los cuales el sacerdote daba la espalda a la asamblea por lo cual tiempo después tuve que hacer un cambio debido a las nuevas normas liturgicas en la Iglesia Católica, toda esta nueva etapa fue muy renovadora, sin olvidar también las riquezas que había en el antiguo  rito de la iglesia y que durante tantos siglos se celebró con todos sus santos, con un único canon (El Canon Romano).

Celebré la primera misa, el día de la fiesta de Todos los Santos, en los Sacramentinos en la cripta, ese día se encontraba la iglesia abarrotada de gente que participó en la Celebración; ciertamente fue un momento de Dios, porque  me encontraba con toda mi familia y amigos al igual que de mis compañeros que me ayudaron tanto, sobretodo el padre José María Lasierra, intimo amigo mío durante tantos años en el Escolasticado después de la ordenación al igual que otros sacerdotes como el padre Manuel Oyarbide, el padre Martin, etc. Todo esto fue un momento de comunión con todos los seres que yo mas amaba y aun amo mucho.