​MAMINA

 

Cualquier sacerdote tiene en su vida sacerdotal, cuantiosas relaciones y contactos con personas que acuden a él, porque a través de ejercicios, retiros y convivencias, logra fortalecer la vida espiritual de estas personas; pero a través del tiempo, estos contactos pasan de ser lo que son, para convertirse en encuentros, donde el Señor interviene uniendo en su amor a esas personas, los cuales perduran infinitamente; ya que comienzan con una relación espiritual y continua, mientras que el Señor pone en tu vida esas personas que contribuyen a la formación de un gran trabajo pastoral en camino hacia la santidad.

En los ejercicios espirituales, que he dado a través de mi vida, han habido personas muy especiales para mí; por ejemplo Carmen de la Torre (conocida en los Ejercicios Espirituales a seglares en la casa de Cristo Rey en la calle de Arturo Soria 228, un miércoles Santo 7 de Abril del 2004), una persona muy particular, que se ha unido desde entonces a mi vida espiritual y me ha acompañado, tanto en España como en mi misión en Colombia; yo la llamo mi “mamina” porque ciertamente, al cabo de todos estos años, ha sido una persona que ha estado muy cercana, pues me ha seguido espiritualmente, por lo que he podido comunicarme constantemente con ella así yo este residiendo en Colombia.
Estoy inmensamente agradecido con Carmen ya que ha hecho parte de una muy bonita colaboración que hacen algunas personas de España como de otros países para con la fundación social JIAMPI, en la cual ayuda económicamente a varios jóvenes (Andrés Mauricio,  es uno de ellos; está estudiando economía. Para  que este joven  pueda costearse los viajes hasta la universidad, yo contribuyo dándole empleo arreglando el jardín de mi casa y así gane un poco de dinero para que se pueda transportar todos los días hasta su sitio de  estudio, de esta manera tengo contacto con él y hemos formado una autentica amistad).