

-PADRE-

TOMAS ITURRIAGA PLAZA
SERVICIO MILITAR (CAPELLÁN ALFEREZ)
El servicio militar fue un paréntesis dentro de mi vocación sacerdotal, motivada por un concordato que tenía Franco con la Santa Sede en la cual sacerdotes religiosos iban a apoyar a los Capellanes Castrenses del ejército. A mí me tocó como Sacramentino servir a mi patria y lo hice con mucho gusto, precisamente porque era el momento de una experiencia nueva, con la alegría de que mi hermano me acompañó en ese momento debido a que el de igual manera también prestó su servicio militar al mismo tiempo que yo; juntos juramos bandera en la primera promoción. Fui destinado al CIR número 2 de Alcalá De Henares y ahí estuve prácticamente un año y medio; tiempo después fui destinado a dar clases a un colegio militar que teníamos en Madrid y al cual asistían los hijos de los militares, donde tuve una experiencia muy hermosa gracias al contacto con los jóvenes.


































He pasado momentos muy especiales, porque dada mi forma de ser y con la fuerza del Ideal de amar a todos y de hacerme uno con ellos, pude entablar una relación en el batallón donde conecté con los oficiales jóvenes de carrera, algunos de los cuales pertenecían distintos movimientos apostólicos, pudiendo participar de eucaristías y entablar con ellos una amistad muy hermosa y también tuve la oportunidad de casar a algunos de ellos que me pidieron por la amistad que nos unía el que fuera yo el sacerdote que les podía dar la bendición, porque ellos son los que como ministros con la ayuda de la Iglesia unen sus vidas para siempre.
Un caso que me pareció muy curioso acerca de mi servicio militar y siendo Sacramentino, gracias a que tenía el cargo de Alférez de Complemento en Alcalá, entablé una relación muy buena con el coronel, nos apreciabamos mutuamente y espero que él me recuerde con el mismo afecto con que yo le profeso. Como se apellidaba Coronel, ademas de serlo, siempre le he recordado dentro de las experiencias que como Capellán he tenido.