Esta etapa de mi vida ha sido una de las más hermosas de mi existencia,debido a las cosas que el Señor me ha enseñado, a las experiencias que gracias a Él he podido vivir y a la luz del Ideal que siempre ha estado presente. Jamás pensé poder llegar a decir que lograría celebrar mis 88 años de vida; sin embargo El Señor tiene una misión para cada uno de nosotros y he comprendido que la mía aún no termina. Es una gracia para mí ver como jóvenes que he conocido a lo largo del camino han llegado a ser seminaristas y luego sacerdotes, como otros son unos grandes padres de familia y como otros han decidido vivir el Ideal a plenitud tal y como yo lo conocí.

Agradecer  es la  palabra qué más resuena en mi corazón, darlo a conocer es como una obligación con Dios. Él me ha dado la oportunidad de experimentarlo intensamente en cada ser y cada persona que se cruza por mi rumbo.

En este tren de la vida acompañado de la Madre: Virgen María he visto como muchos compañeros de viaje se han marchado a la casa del Padre, dejando en cada estación muchos recuerdos y experiencias para la eternidad.

Este momento presente que vivo en Colombia, me ha llevado a reconocer los grandes tesoros que poseo en la vida: Sigo este camino apoyando a la Corporación madre Laura, de la cual soy fundador. cada paso que doy ahora, ha sido acompañado de las comunidades: familias, niños y jóvenes a los que apoyo espiritual y económicamente.

Mi encuentro con José (joven Colombiano) en tierras  Colombianas durante el año 2013 ha sido un don del Señor. Actualmente es mi mano derecha que coordina toda la parte administrativa de la misión en Colombia.

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